Seguramente a todos los de nuestra generación les quedaron gravadas muchas imágenes de la infancia rural del Valle Central de Costa Rica. Una de ellas sin duda, es el trapiche. Ver fascinados como se va moliendo la caña de azúcar para convertirse en un caldo entre amarillo y verde, según la variedad que se trate y mirar como artesanalmente, se va limpiando el caldo hasta quedar en una miel de dulce. No sin antes pasar por la cachaza, las espumas y el punto, ese sabroso bocado de miel que tradicionalmente se sacaba con la mano desde la paila ardiente.
Todos los que conocimos un trapiche sabemos que por debajo de toda aquella escena estaba la hornilla, un lugar caliente donde se iba alimentando con bagazo y leña, hasta llegar al momento culminante en que se pasaba la miel a la canoa, donde se bate y se prepara finalmente para pasar a las bateas con la forma de tapas de dulce. Este proceso industrial muy básico que le permitió de comer a muchos de nuestros campesinos no terminaba sin el sobado y la melcocha, hechas a mano en la batea o en la orilla de la pila, donde se lavaba las tolvas del dulce. Que rico, que tico, que tradicional eran aquellas tardes de sábado en el trapiche.
Recuperar mucho de la cultura costarricense y de sus tradiciones, como aquella de compartir el almuerzo entre los peones de la finca, de llevarle leche a la anciana enferma o de simplemente, regalarle una bolla de pan casero fresco a la familia del lado, a sabiendas que no tenían que comer. Esa Costa Rica rural, dónde las familias pobres vendían números a 10 colones, para pagar el diario en la pulpería. Esos son los recuerdos que quisiera pudiesen venir a su mente cuando miren este blog y recuerden que al final de cuentas, todos somos ticos, unos de a pie y otros de traje, pero todos al final,
convivimos bajo la misma patria.
Este blog va dedicado a mi padre que siempre fue un trabajador incansable de la tierra. Que se partió la espalda para hacer progresar a su familia. Fue un señor de carácter fuerte como su fortaleza para enfrentar los momentos difíciles que vivimos en la crisis de los años ochentas. El propósito de escribir libremente, en este que a partir de hoy será mi blog personal, es compartir ideales, sueños, visiones de mundo y nuevas formas de enfrentar los desafíos de la Costa Rica de hoy. Espero que les guste tanto como a mi, la miel, el sobado, las espumas, el punto, las melcochas y por qué no, hasta la cachaza que se derive de las reflexiones de este, su blog.
Leiner Vargas Alfaro
www.leinervargas.com
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