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Las pintas de enero.

Enero es un mes especial en todo sentido, no sólo trae consigo una especie de replanteamiento del quehacer individual como personas, empresas, instituciones, o país, sobre todo este año, cuando tenemos cambio de autoridades políticas del gobierno. Cada enero representa una nueva oportunidad para cambiar hábitos, corregir conductas, visualizar nuevas metas o proyectos y sobre todo, visualizar una nueva esperanza de cambiar. Siempre es bueno este tiempo fresco, por lo general nublado y con mezclas de mañanas oscuras y atardeceres preciosos, producto de los celajes que se dejan ver al final del día en el horizonte. Pero de todo lo sucedido en enero, no hay nada más tradicional que las famosas pintas, de eso quiero hablarles en esta nueva columna de la serie, Desde el Trapiche.



Las pintas son una especie de pronóstico del tiempo a ojo del campesino costarricense, una tradición centenaria de la familia campesina que asimila el comportamiento del clima del mes de enero, con lo que sucederá en la totalidad del año. Primero tenemos que los meses del año pintan de uno en uno, pero luego pintan de dos en dos. Esto significa, que las pintas del año se dan en los primero doce días, generando una sensación de que cada día representa un mes distinto y que por lo tanto, si hace viento o llueve en el día 4, como sucede hoy, significa que tendremos un invierno muy fuerte y que ya en abril tendremos suficiente lluvia. Así podemos ver cada uno de los meses, inclusive generando la sensación de que meses serán más fríos, cuales de mayor temperatura o de vientos más fuertes. Las pintas, se complementan con fechas claves para el campesino, tales cómo el día del agricultor o las famosas canículas, que coinciden con la celebración de San Pablo y San Pedro, en el calendario religioso. Si bien no existe ningún fundamento científico en las pintas de enero, es una tradición familiar campesina el conversar del tema y no es poco común, encontrar conversaciones sobre el tema en esta época.

Las pintas de enero también se usan para tener las famosas predicciones de curanderos, visores y magos, así como para que algunos profesionales apuesten a la ruleta, dictaminando dónde y cuando se darán cambios en lo social, lo político y lo económico. Es común que se publique en Enero, el escenario y perspectivas del año por parte del Banco Central. Este escenario del año suele conocerse como el Programa Monetario, dónde se establecen metas y pronósticos de las cifras macro-económicas esperadas para el año que inicia. Es común usarlo también para el fútbol o los grandes acontecimientos políticos del año. En mi pueblo, la pregunta clásica después de la misa de nueve del domingo es "como ves la cosa, que tal pinta el año". Así que en medio del lenguaje y de la sabiduría popular, los campesinos costarricenses tienen en enero un mes de reflexión, de chota y de una u otra forma, de decisiones que les permiten seguir adelante en la batalla diaria.



Las pintas del 2018, más allá de ser una especie de ilusión son entonces entre otras. Pinta que tendremos un año difícil en lo fiscal, más inflación y evaluación, menos platica y más gastos. Pinta feo en el fútbol, el grupo del mundial y el entrenador no suman para esperar algo similar a lo visto en Brasil. Pinto complicado en lo político, de fijo a segunda ronda y con una campaña muy fría. Pinta que tendremos un año pasado por agua, gracias a Dios. Pero bueno, no todo pinta mal, pareciera que vamos a tener un buen resultado en el conflicto con Nicaragua. Entre pinta y pinta, ya es tiempito de un pintito y un cafecito, así que los dejo por ahora Desde el Trapiche.

Leiner Vargas Alfaro
www.leinervargas.com 

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