Ir al contenido principal

El miércoles de ceniza

Recuerdo que la tradición del ayuno venía de muchas generaciones atrás, poco a poco se había convertido en una tradición de no comer carne, al menos así nos decía mi mamá y nos enredaba el día con solo dos comiditas, una tortilla con manteca y sal en la mañana, un almuerzo soltero, es decir, un almuerzo sin carné que parecía bastante austero y en la tarde, una sopa de pan o sopa de tortillas calientes con frijoles negros fríos.

El miércoles de ceniza era prohibido en casa hablar del prójimo, claro esa tradición de comentar lo que sucedía en aquella pequeña aldea en la que vivíamos. Que torta, porque si no se come carne tampoco se permite comerse al prójimo decía con voz fuerte y clara desde su lugar más sagrado, el fogón de adentro de la cocina. 

Tampoco es permitido visitar a la novia o andar jugando bola tan tarde, recuerden que a las 6 se sirve la sopa y quién no este no come, cuidadito con andar de golosos en la pulpería de carreta, así le decían de cariño los vecinos al pulpero que tenía como apellido que singular objeto.

Vamos a jugar tresillo o trompos a ver si a mamá se le olvida que hoy es un día de oración y no se acuerda del trisagio, es que una cosa es rezar, pero cuando son tres veces el rosario se vuelve un poco cansado y tedioso, sobre todo para los más chiquilines de la casa.


No habíamos siquiera empezado la partida cuando se veía venir, pero niños un miércoles de ceniza se debe dedicar a Dios, nada de jugar y de diversión, esto del evangelio y de la cuaresma es cosa sería. Se debe respetar que iniciamos un tiempo dedicado al señor, nada de portarse mal o de peleas y mucho menos de gula, somos una familia católica y debemos resguardar esta hermosa tradición.

Bueno así pasábamos el miércoles de ceniza, yo nunca lo comprendí porqué lo de la ceniza, pero igual que a mis hermanos nos educaron en el respeto profundo a la tradición, esos días no era difícil ayunar carne, dado que en nuestra casa no teníamos refrigerador y la carne se comía bastante poco. Nunca faltó la leche y los huevos, la vaca y las gallinas eran preciadas por el alimento de casi 23 o 24 miembros permanentes y alguno que otro invitado a comer.

Con los años la tradición se va perdiendo y con costos nos enteramos de que el miércoles de ceniza es el inicio de los 40 días antes de la celebración de la muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Un día en el cafetal

Desde El Trapiche: Un día en el cafetal No se cuántos costarricenses se recuerdan lo que es un día en el cafetal. Es tal vez un recuerdo reciente para algunos y quizás algunos, de los que lean este artículo del blog, no hayan tenido esa grata experiencia de pasar un día de su vida en el cafetal. Empero, para recordar o para conocer quiero contarles un poco de lo que se vivía en los años ochentas, “ Un día en el cafetal” . Eran las 4:30 de la mañana y el gallo pinto ya empezaba con su "qui ri ri qui". Era 27 de Noviembre y en plena cogida buena, -como se le dice en el campo a la etapa en que se madura el café "parejito"-, no había mucho tiempo que perder. Lía levante a los chiquillos que hay que llegar tempranito o sino nos dejan lo peor del corte, -la cogida del café se realiza por medio de las calles de café que van en líneas generalmente de unos 100 metros, según sea la finca y cuando se pasa a una nueva finca o área, se le llama cambio de corte-. Así es...

No hay peor sordo que el que no quiere oir.

De chiquillos, crecimos en una zona de campo, donde lo mas común era que nos juntáramos con los vecinos y algunos de nuestros primos, cuando nos visitaban en el verano, para salir al potrero de los Solís, conocido como el cerro, que tenía la gran atracción de que podíamos usar las tablas de resbalar. Sí, para los que lo recuerdan, son unas tablas de balsa, que se usaban para chorrear las vigas en las casas del pueblo, madera muy suave pero muy noble que pesa poco. Nosotros le poníamos cera Rex, de la que se usaba en el campo para limpiar y poner brillante el piso "lujado" , algo común en las casas humildes antes de que llegaran los pisos de cerámica, aquellos que compraron primero los dueños de fincas, los "riquillos" del pueblo como le decíamos allá . Era tan buena, nos decía la vecina, que inclusive algunas señoras podían sacarle brillo hasta el propio piso de tierra que recuerdo en algunas casas daba gusto verlo. Nuestra intensión era, que las tablas quedaran ...

¿Porqué el zorro quiere las llaves del gallinero?

Preguntarle a un zorro, ¿porqué le gustan las gallinas?, es equivalente a preguntarle a un monopolista o oligopolista coludido en el mercado, ¿porqué razones le gusta tanto el poder cobrar precios dinámicos y no ser objeto de regulación de precios?. Claro que si, al zorro le gustan las gallinas y entre más y más gorditas, mejor. Esta historia es sobre tres personas, el zorro, las gallinas y el cuidador de las gallinas, mismo que acostumbra cuidar las llaves del gallinero. Los personajes, ciertamente el zorro, en este caso representado por las empresas de telecomunicaciones, las gallinas son los consumidores y el cuidador de las gallinas o regulador oficial del mercado, en nuestro caso la SUTEL. Veamos entonces de que se trata esta historia en su capítulo 1. Había una vez una granja dónde las gallinas gorditas eran cuidadas por un zorro bueno, el zorro solamente comía las gallinas necesarias para tener fuerza y seguir cuidando el gallinero de otros zorros del vecindario, temid...